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“El día que te conocí”

Esto es lo que sucedió como por casualidad o arte de magia, tal día como hoy, incluso puede que fuese hoy, en un lugar no muy lejano:

Cuenta la historia, que en un mismo tren, con un mismo destino de viaje, sucedió algo mágico:

“4 intrépidos pasajeros decidieron visitar un vagón contiguo al suyo, para poder así poner cara y conocer a los que desde hace meses o incluso años, eran sus compañeros de viaje.

Al pasar, los 4 viajeros descubrieron que el nuevo vagón, era más ruidoso y algo diferente al suyo.

Avanzaron a través del vagón hasta encontrar varios asientos libres. Podría decirse que fue el revisor, o revisora (en este caso) del tren la que les acomodó según sus billetes, pero yo creo y pude observar, que fueron ellos los que fueron encontrando y escogiendo su propio asiento.

En ese mismo instante comenzaron las miradas entre los viajeros de ambos vagones. Las miradas fueron acompañadas de palabras y las palabras de sonrisas.

La calma llegó al nuevo vagón, y comenzaron las conversaciones. Conversaciones y preguntas sobre ese viaje de vida que todos hacemos.

Entre los pasajeros del nuevo vagón se encontraba Teresa o María de la O (como ella misma se hace llamar). Teresa lleva consigo, un compañero inseparable de viaje llamado Alzheimer, el cuál no le deja recordar su viaje.

Continuó con un intercambio de corazones con nombres pintados por ellos, Mientras… Teresa o María (como a ella le gusta), dijo en voz alta:

“Yo no quiero subir ni bajar, solo me quiero quedar”

En ese instante los viajeros retomaron sus asientos iniciales y cada uno volvió a su vagón, pero sabiendo que al otro lado de la puerta les esperan sus nuevos compañeros de viaje.”

Hay algunas noches en las que tenemos sueños increíbles, que mágicamente llegan a cumplirse. Y hoy ¡por fin!, te conocí.

Fdo.: Anabel López. (Una viajera que jamás dejará de soñar)

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