Después de un año separados, en la Residencia Albertia Valle de la Oliva, al fin se juntan los residentes de sus dos plantas tras la vacunación por COVID19.
Con motivo de la pandemia por COVID 19, la residencia Albertia Valle de la Oliva se encontraba sectorizada por plantas. Así, diferenciaron una planta en la que los residentes no habían pasado el COVID y otra planta en la que sí. Los residentes sin anticuerpos se encontraban dormían en una planta y hacían vida en una parte de la planta baja, con salón independiente y comedor. Por otro lado, los residentes con anticuerpos, dormían en una planta diferente y hacían vida en el salón general y comedor grande, sin tener contacto con los anteriores.
Desde el pasado 12 de abril y tras la vacunación de la mayoría de los residentes, se han podido reorganizar las plantas y salones de la residencia. De este modo, los criterios de ubicación en el centro se vuelven criterios de salud y/o ayuda en la alimentación. Por ello, en el comedor general están los residentes que son independientes en la alimentación y en el comedor pequeño, los residentes que necesitan algún tipo de ayuda a la hora de comer.
Además, permanecerán en el salón pequeño haciendo vida allí, los residentes que necesiten una mayor supervisión y atención por su estado de salud general. Y en el salón general el resto de residentes que pueden hacer vida normal dentro de la residencia, con libertad de movimiento por el centro.
Además, se abren las salas de fisioterapia y terapia ocupacional para trabajo individual, siempre guardando la distancia de seguridad. Las actividades grupales se mantienen en ambos salones, impartidos por los departamentos de fisioterapia, psicología y terapia ocupacional.