Es frecuente que la población confunda artrosis y artritis, posiblemente por ser ambas patologías reumáticas con nombre parecido.
La realidad es que se trata de dos enfermedades con diferente origen, por lo que la forma de abordarlas debe ser distinta. En esta entrada tratamos de mostrar las diferencias principales y la forma de tratamiento de ambas, a grandes rasgos.
Definiciones
ARTROSIS: se trata de una enfermedad degenerativa, inflamatoria, crónica que afecta a las articulaciones. Se produce primariamente en el cartílago, lo que determina su disminución. El hueso adyacente se engruesa y forma osteofitos, una especie de picos óseos. Esto hace que los huesos se rocen y se vayan desgastando. Acaba afectando no sólo a la superficie articular cartilaginosa, sino también a todo el complejo articular, ligamentos, tendones, meniscos.
ARTRITIS: Es también una enfermedad inflamatoria crónica que comúnmente afecta a la vez a varias articulaciones. La artritis ataca a la membrana sinovial, la capa que recubre toda la articulación. Se da en brotes de carácter inflamatorio. Es por ello que puede ser muy dolorosa, provocar aumento de temperatura y enrojecimiento de la zona afectada. Incluso, puede ser potencialmente destructivas de forma irreversible.
Factores de riesgo
Ambas patologías comparten algunos factores de riesgo como son la población femenina, la predisposición genética, la menopausia y la obesidad. Sin embargo, otros están bien diferenciados.
ARTROSIS: Se da mayoritariamente en población mayor. El 28% de la población mayor de 60 años sufre artrosis. Otra de sus causas es el sobreuso de la articulación, ya sea por actividad profesional o actividad física intensa en deportistas de élite. Los movimientos repetitivos y la sobrecarga de las articulaciones favorecen el desgaste del cartílago. Otro de los factores de riesgo de la artrosis son los traumatismos.
ARTRITIS: Se puede dar a cualquier edad, pero es más común entre 20 y 40 años. Causas:
– Inmunológicas: el sistema inmunitario reacciona contra la membrana sinovial como elemento extraño.
– Postraumáticas: un traumatismo puede desencadenar una irritación sobre la membrana sinovial, una inflamación y aumento de la producción de líquido sinovial en el interior de la articulación.
– Depósitos de cristales en la membrana sinovial (la gota).
– Infecciosas: gérmenes que llegan hasta la articulación.
– Tabaquismo y estrés.
Síntomas principales
Así mismo los síntomas son bien diferenciados entre estas dos patologías, aunque el síntoma principal sea el dolor y la impotencia funcional.
ARTROSIS: El dolor se presenta de manera persistente, intensificándose con la sobrecarga y el movimiento, mejorando con el reposo. Es frecuente la rigidez articular, que se ciñe a la articulación afectada y que aparece tras un periodo de inactividad, suele durar menos de media hora y desaparece con el ejercicio. Además, la artrosis no provoca síntomas generales.
ARTRITIS: Suele evolucionar por medio de brotes, durante los cuales las articulaciones afectadas, sufren inflamación, dolor, dificultad al movimiento y rigidez. El dolor es constante, aunque tiende a intensificarse durante la noche y con el reposo. En cuanto a la rigidez, suele ser generalizada, más intensa a primera hora de la mañana, al levantarse y suele perdurar en el tiempo. Son frecuentes los síntomas generales, como fiebre ligera, malestar, cansancio, inapetencia y pérdida de peso corporal.
Tratamiento
El tratamiento de ambas también difiere. Mientras que el tratamiento de la artrosis es a largo plazo, el de la artritis se aplica cuando se tiene un brote.
El tratamiento de la artrosis se basa en evitar situaciones de sobrecarga en la articulación: pérdida de peso, realización de ejercicio físico de manera regular y la ingesta de condroprotectores. En ocasiones se puede controlar con fármacos analgésicos y antiinflamatorios.
El tratamiento de la artritis, se basa en neutralizar la causa. Los métodos actuales buscan aliviar el dolor, reducir la inflamación, retrasar el daño articular y mejora la calidad de vida. Se hace uso de antibióticos, antiinflamatorios y otros medicamentos.
En ambos casos, el tratamiento es adaptado de acuerdo a las necesidades de los pacientes.
Para cualquiera de estas dos patologías desde Albertia Servicios Sociosanitarios intentamos que nuestro residentes tenga la mejor atención.
Pues como tratéis la AR solo con antiinflamatorios, pobres ancianos. Los tendréis con dolores insoportables.
Los métodos actuales de tratamiento en Artritis Reumatoide se centran en aliviar el dolor, reducir la inflamación, detener/retrasar el daño articular y mejorar la calidad de vida de la persona que lo padece. El programa de tratamiento se adapta individualmente de acuerdo a las necesidades teniendo en cuenta la gravedad de la artritis, la existencia de otras patologías y el estilo de vida del residente. El equipo interdisciplinar trabaja conjuntamente para determinar el mejor programa de tratamiento para cada residente.