Arteterapia a través de Mandalas en la residencia de mayores Albertia Mirasierra.
Desde hace ya algunos años es muy común observar en diferentes ámbitos el uso del mandala como herramienta para fomentar la concentración y la relajación. Sin embargo, pocas veces nos cuentan qué hay detrás de estas figuras circulares más allá del mero entretenimiento de pintarlas.
Dentro de la filosofía oriental, el mándala ha tenido siempre una función cosmológica. Es entendido como una representación primigenia del inconsciente. La parte central es, en efecto, el centro del pensamiento inconsciente, todo aquello que no podemos explicar ni ver, pero si sentir. Las zonas perimetrales del mándala son todas las ideas arquetípicas que, se sitúan en el inconsciente colectivo y dan forma a la cuestión principal, la ordenación de los pensamientos inconscientes.
El psicólogo suizo Carl Gustav Jung se nutrió de las religiones orientales para traer al pensamiento occidental el concepto de arquetipo e ideas primigenias: aquellas ideas que no surgen del aprendizaje, sino que, al conocerlas, “tenemos la sensación de que ya estaban ahí”, como si hubiesen estado tapadas por un velo. En esa instancia, situaba al mándala como el centro de ordenamiento de estos pensamientos ocultos. Durante sus terapias, en más de una ocasión pudo comprobar como sus pacientes hacían dibujos de manera inconsciente. Situando siempre un centro y a los lados un perímetro. Esto, dentro de los arquetipos colectivos, se considera como un intento de ordenación de nuestros pensamientos, colocándolos en armonía y orden en un pensamiento cosmológico del que todos somos participes.
Quien mira hacia afuera, sueña. Quien mira hacia adentro, despierta. Carl Jung
Es decir, en una explicación desde un punto de vista racionalista, el mandala es: un conjunto de figuras bien ordenadas por un núcleo y unos átomos perimetrales que ayudan a conformar y ordenar nuestro pensamiento. Similares disposiciones las encontramos en las partículas químicas o en las semillas de algunas frutas.
En la residencia para personas mayores Albertia Mirasierra, al igual que en el resto de centros del grupo Albertia, utilizan los mandalas de manera terapéutica. Como una forma de ubicar nuestra mente en una esfera más espiritual en la cual el pensamiento va cobrando sentido a través de la armonía del orden y el color. Se complementan las sesiones de mándalas con incienso, palo santo, música oriental, té e infusiones. El mandala es una manera excelente de relajar, vaciar y ubicar la mente para obtener energía.