Taller de cocina como Terapia No Farmacológica en Albertia Castellanos
Desde el Grupo Albertia se fomenta el uso de las Terapias No Farmacológicas, las cuales son intervenciones no químicas basadas en intervenciones terapéuticas, con el fin de promover la calidad de vida y un correcto estado de la salud en las personas mayores. Se ha demostrado que pueden ser tan efectivas o más que el uso de fármacos, pero sin las consecuencias negativas ni los efectos secundarios que estas pueden conllevar.
Por este motivo, en la población anciana en general y en personas con enfermedades neurodegenerativas en particular, se pueden observar múltiples beneficios con el uso continuado de Terapias No Farmacológicas. Algunos de estos beneficios pueden ser:
- Estimular, mantener o mejorar las habilidades de cada persona.
- Fomentar el establecimiento de vínculos sociales, evitar asilamiento social, y establecer una mejor conexión con su entorno.
- Estimular la autonomía, seguridad y autoestima en su día a día.
- Disminuir estados de estrés y ansiedad, así como controlar procesos de alteración mental.
- Mejorar habilidades cognitivas y funcionales, lo que puede conllevar un enlentecimiento de la enfermedad.
- Mejorar la calidad de vida de la propia persona y de su entorno.
- Fomentar la ocupación de la persona.
Taller de cocina
En el centro Albertia Castellanos se ofrecen de manera diaria este tipo de terapias. Entre ellas se encuentran: laborterapia, estimulación cognitiva, conciertos de piano, terapias asistidas con animales, gerontogimnasia, actividad física dirigida, musicoterapia, terapia de estimulación emocional T2E y taller de cocina. Esta última actividad se realiza desde el departamento de terapia ocupacional de manera mensual, trabajando una actividad instrumental de la vida diaria como es cocinar.
Por este motivo se decide llevar a cabo talleres de cocina donde se fomente el uso de la ocupación como terapia. Esta actividad tiene como objetivos principales:
- Mejorar la autoestima buscando establecer emociones positivas.
- Fomentar el uso del tiempo libre, llevando a cabo el taller como afición.
- Fomentar relaciones sociales entre residentes.
- Mantener una correcta ocupación y fomentar la autonomía interpersonal.
- Estimular capacidades funcionales, físicas y cognitivas.
- Disfrutar del resultado sintiendo la satisfacción personal de haber elaborado lo que después van a comer.
Cada mes se buscan recetas diferentes: unas veces se llevan a cabo talleres de repostería y, en otras ocasiones, se realizan comidas saladas. Siempre se busca que tengan relación con la época del año en curso, así, por ejemplo, en el mes de julio se elaboraron bocaditos salados de calabacín con jamón, aprovechando la cosecha recogida del huerto.
