Desde el Departamento de Psicología de la residencia Albertia Mirasierra se imparte la terapia de reeducación grafica a los residentes de 3ª y 2ª planta.
Se entiende que la grafología es una técnica proyectiva de tipo refractario dentro de la psicología que nos proporciona información relativa a la personalidad y tendencias del escribiente. Mediante el empleo de la misma el profesional encargado de impartir la terapia conoce desde el principio la existencia de posibles conflictos emocionales y físicos, se aprecian resistencias que se producen en el proceso a través de la escritura, se conocen las partes más conflictivas debido a posibles impactos emocionales, se obtiene una doble información relativa a la que el paciente cuenta y la que proyecta en la escritura, y se adelanta a informar sobre el estado anímico de la persona, lo que fomenta y mejora la adherencia a la terapia y a otras terapias futuras.
Una parte de la terapia grafológica pasa por la reeducación gráfica. Su aplicación en residencias se enfoca, sobre todo, a nivel de la disgrafía motriz, en la que se aprecia falta de tonicidad en los músculos y los dedos, y en general, en miembro superior. Este tipo de disgrafía puede aparecer en distintas enfermedades neurodegenerativas, en especial en trastornos neurocognitivos subcorticales, como el Parkinson. Es por esto, que no solo se tiene en cuenta el trabajo de la persona usuaria con la ficha, sino también otros factores modificables y que pueden estar influyendo en la escritura, como la postura corporal o la forma en que se coge el útil.
Dependiendo del grado de disgrafía motriz y del momento en que se encuentre el residente, algunos ejercicios que se pueden realizar para la mejora de la misma pueden ser: juegos con plastilinas, dibujos con ceras y distintas pinturas, juegos de cartas, papiroflexia o tamborilear con los dedos empleando diferentes secuencias, entre otros.
Los ejercicios que se llevan a cabo en la terapia son fichas a mano alzada en las que predomina el equilibrio gráfico, la curva y el movimiento necesario para la grafía es rápido y ligero. Además, se desarrollan ejercicios relajantes para evitar la contención y rigidez física, fomentando la relajación, evitando tensiones, socialización y la creación de un espacio de apoyo y confianza. Dependiendo del objetivo terapéutico, también se puede emplear el trabajo de ejercicios con ángulos, para canalizar la energía, añadiendo puntos en la motricidad para fomentar el trabajo de la atención. Tras las correcciones correspondientes, cada 2 meses aproximadamente, se hace una prueba de velocidad para ver lo que se ha incorporado en la escritura.
A pesar del trabajo prioritario de la grafía para la modificación de la misma, con este tipo de ejercicios también se trabaja la memoria icónica, la atención sostenida y dividida, la motricidad fina, la rigidez de miembro superior y el alivio de tensiones musculares.
Debido a que este tipo de terapias tienen el objetivo de la mejora de la grafía o del mantenimiento de la misma, los residentes con los que se trabajan, ya que la terapia es grupal, pertenecen a la 3ª y 2ª planta de la residencia, en la que los diferentes tipos de trastornos neurocognitivos se encuentran en fases incipientes o leves de la enfermedad.
