El 10 de Marzo volvimos a convivir todos y todas juntas en la planta baja de la Residencia Las Vegas.
Hace casi un año que la COVID-19 nos obligaba a adaptar toda la actividad de la residencia a una situación de aislamiento total para evitar la propagación de la pandemia. Los y las residentes pasaron a hacer vida en sus habitaciones, se dejaron de recibir visitas y las actividades se realizaban de forma individual. Más adelante pudimos recuperar una visita semanal y pudimos hacer convivencia grupal aunque limitada a aquellas personas residentes que estaban en una misma planta.
Ahora, tras haber recibido las dos dosis de la vacuna y tras un tiempo suficiente para garantizar su efectividad damos nuevos pasos (basados siempre en los protocolos recibidos de las instituciones competentes) hacia delante en la recuperación de la normalidad, y es que por fin nuestro salón principal y el comedor vuelven a estar llenos de vida, por fin vuelven a hacer vida en común todas y todos nuestros residentes, y además se han ampliado el número de visitas y vuelve la libertad para poder salir del centro.
Todavía necesitaremos un tiempo para que todas y todos nos volvamos a adaptar, ya que un año con las rutinas cambiadas es mucho tiempo y muchas de nuestras residentes ni siquiera estaban antes de la pandemia por lo que aún desconocen los espacios, dinámicas y hábitos que ahora volvemos a retomar.
Aún nos quedan pasos que dar como, por ejemplo, integrar también en esa normalidad al centro de día (ya que al tener solo una dosis de la vacuna aún mantienen su aislamiento del resto) o que las familias puedan pasar con libertad, pero sin duda este paso es tan grande como deseado y necesario para el bienestar de nuestras residentes que, sin duda, merece ser disfrutado.