La motricidad fina, es decir, la capacidad de realizar movimientos precisos y coordinados con las manos, es fundamental para nuestra autonomía en el día a día. A medida que se envejece, es común experimentar una disminución de esta habilidad, pero con los ejercicios adecuados es posible mantener unas manos ágiles y funcionales. Desde el departamento de rehabilitación de la Residencia y Centro de Día Las Fuentes diariamente se realizan todo tipo de ejercicios con los que fortalecer el miembro superior y tratar de mantener la autonomía tanto tiempo como sea posible.
El mantenimiento de la motricidad fina, sea en la etapa de la vida que sea, es de vital importancia por diversos motivos:
- Proporciona independencia: Permite realizar tareas cotidianas como abrochar botones, escribir, comer o usar herramientas.
- Favorece la salud cognitiva: Está estrechamente relacionada con otras funciones cognitivas como la memoria y la atención.
- Favorece el bienestar emocional: Realizar actividades que requieren destreza manual puede ser muy gratificante y mejorar la autoestima, al ser realizadas por uno mismo, sin necesidad de que otra persona la haga en su lugar.
Y es que, muchas veces, no se es consciente de la importancia que las manos tienen en nuestro día a día, ya sea para realizar actividades de fuerza, de coordinación o de destreza manipulativa, actividades que se realizan diariamente durante toda la vida.
Es por ello que, se proponen diversos ejercicios con los que favorecer su mantenimiento en las mejores condiciones posibles.
Ejercicios para mejorar la motricidad fina:
- Actividades de la vida diaria:
- Vestirse: Abrochar y desabrochar botones, subir y bajar cremalleras, atarse los cordones.
- Comer: Cortar alimentos con un cuchillo, usar cubiertos, abrir envases.
- Aseo personal: Cepillarse los dientes, peinarse, pintarse las uñas.
- Manualidades:
- Pintar: Con pinceles de diferentes tamaños y texturas.
- Modelar: Plastilina, arcilla o masa de sal.
- Plegar papel: Origami o hacer sobres.
- Ensartar: Cuentas, macarrones o cualquier objeto pequeño en un hilo.
- Juegos de mesa:
- Rompecabezas: Desarrollan la coordinación óculo-manual y la resolución de problemas.
- Cartas: Mejoran la atención y la memoria.
- Juegos de mesa con fichas: Favorecen la precisión y la planificación.
- Ejercicios específicos:
- Pinzas: Coger objetos pequeños con pinzas de la ropa o pinzas de cocina.
- Pelotas de gomaespuma: Apretar y soltar pelotas de diferentes tamaños.
- Masaje de manos: Mejorar la circulación y la sensibilidad.
Mediante este tipo de ejercicios, se pueden observar diversos beneficios que repercuten en la motricidad fina, como pueden ser:
- Adquirir una mayor fuerza y coordinación en las manos.
- Mejorar la destreza manipulativa, que ayuda a realizar con más soltura y autonomía las actividades de la vida diaria.
- Interviene en la estimulación cognitiva, al trabajar las secuenciaciones, la atención y la memoria a corto plazo, entre otras cosas.
- Reduce el estrés y la ansiedad, al verse capaz de realizar por sí mismo las actividades más cotidianas y no necesitar de otra persona para que las realice.
Cuando se detecte pérdida de fuerza o de la habilidad manipulativa es importante comenzar a realizar estos ejercicios de forma regular, incluso unos pocos minutos al día, ya que esto favorece el mantenimiento de la fuerza y la destreza manipulativa. Del mismo modo es necesario adaptar los ejercicios a las capacidades de cada uno, empezando por ejercicios sencillos y aumentando gradualmente la dificultad.
El aspecto motivacional también es importante, por lo que es bueno hacer que los ejercicios sean divertidos, por tanto, se trata de buscar actividades que gusten y sean motivantes, basadas en hobbies o intereses.
Si aparecen dificultades siempre es bueno consultar a un terapeuta ocupacional que ayude en la elección de las actividades más adecuadas para cada caso.