Hace unos días, Artecam celebró en Toledo la “1ª Jornada de atención centrada en la persona’’, a la que acudieron varios profesionales del grupo Albertia.
El 24 de mayo, Artecam (Asociación de Residencias de la Tercera Edad de Castilla-La Mancha), convocó la“1ª Jornada de atención centrada en la persona’’, en Toledo. Este foro reunió a destacados expertos nacionales pioneros en investigación, conocimiento e implantación de estos modelos en España. Así, en las ponencias se pudo escuchar, entre otros, a doña Teresa Martínez, doña Pilar Rodríguez o don Rubén Muñiz.
Varios profesionales de la residencia de mayores Albertia Las Palmeras se interesaron en acudir a las jornadas. El objetivo era aprender más acerca del Modelo de Atención Centrada en la Persona, para poder comenzar a aplicarlo en el trato de sus residentes, pensando siempre en su bienestar físico, social y emocional.
Actualmente, la residencia para mayores Albertia El Moreral UDP es la primera del grupo en obtener la certificación Norma Libera-Care. Esta certificación sienta las bases para el Cuidado Centrado en la Persona y la Gestión, Control y Eliminación de Sujeciones en la Atención Sanitaria, Social y Sociosanitaria.
El modelo de atención centrada en la persona es una propuesta para la buena vida desde la atención profesional. Un modelo para cuidar bien y ganar calidad de vida.
Este modelo reconoce la singularidad y el papel central de la persona en su atención. Se nutre del conocimiento científico, se orienta desde principios éticos y desarrolla y protege los derechos de las personas ya reconocidos en distintas normativas y declaraciones internacionales. La atención centrada en la persona consiste en el respeto a la dignidad. Es decir, recibir una atención profesionalizada que dé respuesta a las necesidades derivadas de la dependencia y que se trate a los mayores con el respeto que merecen, un trato amable, respeto a sus hábitos, costumbres, poder tomar decisiones, tratar como adultos y proteger su intimidad.
Desde este modelo, se apoyan los proyectos de vida de las personas. El proyecto de vida es la forma en que las personas se plantean su existencia para alcanzar sus deseos, en relación a distintos ámbitos de desarrollo personal. Todas las personas tienen su propio proyecto de vida, que va cambiando con el paso de los años. Las personas mayores también tienen el suyo y desde los centros se puede apoyar el mismo conociendo las costumbres y las cosas que les agradan. Habrá que conocer lo que realmente es importante para cada persona en el momento actual de su vida, destacando los logros positivos conseguidos, escuchando sus deseos, apoyándoles y sugiriéndoles metas de vida todavía alcanzables.
Es un modelo profesionalizado que busca calidad de vida.
Se pueden añadir mejoras a la calidad de vida de las personas desarrollando cambios en el entorno físico, social y organizativo. Es una forma de entender la relación asistencial donde la persona es protagonista activa. Hay que dar la opción de opinar, elegir y tener el control real sobre asuntos que afecten a su vida rutinaria. Poder elegir y participar en aspectos tan sencillos como decidir la ropa que quieren ponerse o en qué actividades participar. En el caso de mayores con deterioro cognitivo, las familias pueden ayudar realizando la historia de vida para conocerles mejor.
En el ambiente físico hay tratar de conseguir que los centros y residencias proporcionen a los residentes un ambiente hogareño. Importante también crear un espacio accesible para que las personas puedan desenvolverse de la forma más independiente posible.
Tampoco hay que olvidar la parte terapéutica. En el momento de proponer un tratamiento, hay que tener en cuenta gustos y costumbres de la persona. De este modo, la actividad será agradable y placentera, sin abandonar los objetivos terapéuticos. Desde este modelo no se contempla la obligación de realizar actividades que no les gusten o motiven.
En definitiva, la atención centrada en la persona es un modelo que conlleva compromiso a diferentes niveles.
Requiere liderazgo por parte de los responsables de los centros y servicios. También implicación de los profesionales y consenso y participación de las personas usuarias y familias. Se pretende que los profesionales actúen escuchando y observando a los mayores. Acompañando, motivando y buscando oportunidades y apoyos. Incluso cuando los usuarios tengan una grave afectación cognitiva o emocional, se pueden interpretar sus expresiones. Se debe identificar qué les provoca bienestar o malestar.