Desde hace tres meses en la residencia Albertia Lugo se apuesta por la estimulación emocional. Una técnica novedosa, basada en el no uso de fármacos, en la que se trabajan las emociones con los residentes.
Trabajar con emociones ajenas implica que los terapeutas han de pasar por un periodo de formación, para ello se cuenta con la ayuda de la Fundación María Wolff especialista y referente internacional en Terapias No Farmacológicas y de Rubén Muñiz, creador y director de esta terapia, que está formando a la psicóloga y a la terapeuta ocupacional del centro en este campo.
La terapia de estimulación emocional (T2E) es una herramienta terapéutica que pretende reequilibrar la emotividad de las personas con deterioros cognitivos y demencias leves-moderadas, a través de vivencias emocionalmente positivas.
En estas sesiones los residentes evocan diferentes estados emocionales positivos como la alegría, la ternura, el optimismo, el júbilo, la compasión o la ilusión, entre otros.
Algunos de los múltiples beneficios de realizar este tipo de intervención es que permite al residente sentir emociones que estaban “olvidadas” para ellos, así como descubrir y llegar a sentir otras nuevas. Además de esto, ayuda a potenciar las relaciones y las interacciones de los participantes dentro y fuera de las sesiones al establecer lazos afectivos entre ellos. También se busca reducir la apatía o mejorar el estado de ánimo de los residentes ya que al estimular emociones positivas logramos mejorar el bienestar emocional de todos los que acuden.
Tanto la psicóloga como la terapeuta ocupacional encargadas de llevar a cabo las sesiones de T2E ya han notado cambios y mejoras en los residentes participantes, lo que supone un gran éxito en la aplicación de la terapia.