La dinámica Carta a ti mismo se desarrolló la pasada semana como actividad del Taller de Apoyo y Ayuda Mutua para familiares de la residencia Albertia Moratalaz.
Como todos los jueves, el pasado 1 de febrero se realizó taller de apoyo y ayuda mutua en la residencia de mayores Albertia Moratalaz. En el mismo, los familiares exponen sus dudas y resuelven dificultades comunes. El cuidador tiene la oportunidad de expresarse y compartir sus sentimientos.
Los talleres de Ayuda Mutua consisten en intervenciones dirigidas a ofrecer apoyo, consejo, protección y acompañamiento a los participantes. En la residencia de mayores Albertia Moratalaz, es guiado por la psicóloga Nuria. “Nos vemos los jueves” se realiza los jueves, a las 17’30 horas, en la biblioteca. Todos los familiares son bienvenidos para participar en el mismo.
Cuidar es una experiencia positiva, emotiva y gratificante. Al mismo, tiempo los cuidadores pueden experimentar periodos de estrés, ansiedad, depresión y frustración, que hay que vigilar. Cuando esto sucede los cuidadores pueden empezar a sufrir alteraciones físicas, emocionales y sociales, que pueden desequilibrar muchos aspectos de su vida. Si somos capaces de identificar el detonante que hace que nos sintamos agotados o abrumados, podremos ponerle remedio.
Carta a ti mismo
Escribir tus metas, propósitos y objetivos funciona mucho mejor que si solo los piensas. Se trata de una forma de recordarte todo aquello que no quieres perder de vista. Un compromiso con tu subconsciente, ya que la palabra escrita tiene mucho mayor significado en el cerebro porque se le da la interpretación y el valor que cada uno quiere.
Cuando te escribes una carta a ti mismo, defines lo que quieres lograr de una forma más clara al aprender a comunicarlo. Así, puedes trabajar mejor tus metas y ponerles mayor empeño. Enfocarte en los logros a alcanzar, en tus valores y recordarte todos los días que no importan los tropiezos, lo importante es seguir adelante.
A continuación transcribimos, con el permiso de su autor, una de las preciosas cartas que salieron del taller:
Querido amigo Pepe:
Te escribo estas letras con la intención de corregir tu manera de ver la verdad. Es que me traes frito y cuando más tranquilo estoy me sales con una chorrada. Como no te corrijas y pronto, tendré que acabar con tu amistad y me dolería, pensando que estuvimos juntos en la vida de mamá y tenemos el compromiso de seguir juntos. Pero que mamá, entonces ¿somos hermanos? Y casi no nos parecemos, mi rumbo ha sido el que nunca pensé. Me hubiera gustado ser Ingeniero Industrial, pero tu forma de ser no se adaptó nunca a ese papel. No tienes memoria. Cuando crees que te gusta una cosa estás dedicado a ella tres días y no eres constante para nada. Desde el principio mostraste tanta variabilidad y me tienes echo polvo. Sin embargo, reconozco que al final creo que cumpliste con cariño lo que la vida te ofreció y estoy tan contento que hasta te quiero. Pepe.