Día Internacional de las Personas con Discapacidad
El 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y, según el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) constituyen un sector de población heterogéneo. Sin embargo, todos tienen en común que, en mayor o menor medida, precisan de garantías suplementarias para vivir con plenitud de derechos o para participar en igualdad de condiciones que el resto de los ciudadanos en la vida económica, social y cultural del país.
Es indudable que se han operado cambios en la manera de entender el fenómeno de la discapacidad y, consecuentemente, la aparición de nuevos enfoques y estrategias. Hoy es sabido que las desventajas que presenta una persona con discapacidad tienen su origen en sus dificultades personales, pero también y, sobre todo, en los obstáculos y condiciones limitativas que, en la propia sociedad, concebida con arreglo al patrón de la persona media, se oponen a la plena participación de estos ciudadanos.
32% de los españoles mayores de 65 años sufre algún tipo de discapacidad
Según la Fundación General CSIC envejecimiento, enfermedad y discapacidad son procesos interrelacionados que forman parte del desarrollo vital de los seres humanos. La vejez, como consecuencia de la suma de las alteraciones que se producen en un organismo a lo largo del tiempo, que conducen a pérdidas funcionales y finalmente a la muerte, es un estado natural de la vida que en sí mismo incorpora elementos complejos, entre los que se encuentran las alteraciones de la salud.
Según un informe reciente del Departamento de Población de la ONU, a nivel planetario una de cada nueve personas tiene más de 60 años, y todo indica que esa proporción se convertirá en una de cada cinco dentro de 40 años. En el año 2045 la previsión es que el número total de personas mayores de 60 años en todo el mundo supere por primera vez al de menores de 14.
La ecuación del envejecimiento y la enfermedad se completa con la discapacidad: un 32% de los españoles mayores de 65 años sufre algún tipo de discapacidad.
Discapacidad en España: mayor presencia entre las mujeres
Los ancianos y los discapacitados tienen en común un cierto grado de dependencia de terceras personas, que prestan su ayuda en tareas cotidianas como el aseo y la alimentación.
En ocasiones, los ancianos incorporan la condición de discapacitados, bien porque el deterioro de su salud les impide valerse por sí mismos o, bien porque han llegado a la vejez padeciendo algún tipo previo de discapacidad.
De acuerdo con la EDDES, «Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud» la discapacidad está asociada estrechamente con la edad y con el sexo. Ésta sería la imagen de la discapacidad en España: mayor presencia en las personas de edad y entre las mujeres. La feminización de la vejez acompaña a la feminización de la discapacidad, explicada en parte por la sobremortalidad masculina y por factores que afectan más a las mujeres, como son los factores socioeconómicos (soledad, viudez, descenso de ingresos…) y la mayor prevalencia de determinadas patologías incapacitantes (artrosis, osteoporosis, enfermedades reumáticas…).
Grupo Albertia trabaja por conseguir la mayor calidad de vida para los residentes
Hoy en día existe suficiente evidencia científica para afirmar que es posible disminuir de forma significativa la incidencia, la prevalencia y la intensidad de la enfermedad, la discapacidad y, con ello, la dependencia en el anciano.
En el apartado tecnológico, las investigaciones en el campo de los materiales abren nuevas vías a la consecución de novedosos implantes para fracturas óseas o lesiones, prótesis, tecnologías de apoyo como sillas de ruedas más ligeras y manejables, y mobiliario ergonómico.
La dependencia y el sufrimiento es lo que más preocupa a las personas mayores si siguen viviendo más años. Minimizar ambos aspectos en el campo de la salud de las personas mayores es un objetivo prioritario en los centros de Albertia, en los que todos los profesionales (médicos, enfermeras, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, psicólogos, auxiliares, etc.) trabajan por conseguir la máxima calidad de vida para nuestros residentes.