Hoy, 26 de julio, se conmemora el Día de los Abuelos. En el santoral cristiano se celebra Santa Ana y San Joaquín, abuelos de Jesús.
El Día del Abuelo es un día conmemorativo dedicado a los abuelos dentro de la familia. En España se eligió para su celebración el 26 de julio, por ser el día en que la liturgia católica conmemora a san Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María y, por tanto, abuelos de Jesús.
Esta conmemoración de los abuelos coincide en fecha con muchos países latinoamericanos. En otros países se celebra en los primeros días del mes de octubre. En concreto, en Italia, celebran este día el 2 de octubre, día del Ángel de la Guarda en la Iglesia Católica. Sin embargo, internacionalmente, la fecha para recordar a las personas mayores promovida por la ONU es el 1 de octubre: Día Internacional de las Personas de Edad.
Los encuentros intergeneracionales y las residencias para mayores
Desde este medio, grupo Albertia quiere dar visibilidad en este día a los abuelos y abuelas que viven en sus residencias y a que acuden a sus centros de día. También a todas las personas mayores de los centros que no han sido abuelos, pero que disfrutan de los encuentros intergeneracionales que ocurren a lo largo del año.
Los encuentros intergeneracionales están estrechamente ligados a un envejecimiento activo y saludable, con beneficios para todos los participantes.
Las personas mayores experimentan, por ejemplo, cambios positivos en su humor y un aumento de la autonomía, la autoestima y la motivación. Se produce también una reducción de los síntomas depresivos y del aislamiento y sentimientos de soledad. A nivel cognitivo, se produce un aumento en las capacidades de atención y memoria, además de potenciar las habilidades sociales y la empatía. Se favorece el mantenimiento de la integración en la vida comunitaria y la oportunidad de seguir aprendiendo.
Por otro lado, los jóvenes se forman una idea más positiva de las personas mayores y el envejecimiento en general. Aprenden a valorar y respetar a los mayores. Además, se potencia el desarrollo cognitivo, el lenguaje y la comunicación. También ayuda a desarrollar valores y actitudes positivas como la tolerancia y la solidaridad intergeneracional.
Además de estos beneficios, se produce un importante intercambio de experiencias, con transmisión de tradiciones y cultura popular. De este modo, los más jóvenes pueden conocer de primera mano la historia y tradiciones de su entorno.