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El taller de ayuda mutua “Nos vemos los Jueves” funciona en la residencia Albertia Moratalaz desde hace años. Coordinado por la psicóloga del Centro, participan activamente varias familias interesadas en el mismo.

Los talleres de Ayuda Mutua se basan en intervenciones dirigidas a ofrecer apoyo, consejo, protección y acompañamiento a los participantes. En el caso de la residencia de mayores Albertia Moratalaz, el taller es coordinado por Nuria, la psicóloga del Centro. “Nos vemos los jueves”, se realiza los jueves, a las 17’30 horas, en la biblioteca. Así, se ofrece un lugar de encuentro donde los familiares se sienten comprendidos, escuchados y apoyados.

En el grupo interactúan familiares con problemas e intereses comunes, tratando de crear empatía entre los distintos participantes. De este modo, se crea un ambiente propicio donde discutir dificultades, aciertos y emociones, respecto al cuidado del ser querido. Se trata de un espacio donde compartir sentimientos con otras personas que mantienen preocupaciones y miedos muy similares. Se hace ver a las familias que  son “normales” ciertos pensamientos y preocupaciones, comprobando que son comunes en otras personas que comparten situaciones parecidas. Además también se comparten y aprenden estrategias e información útiles para el desarrollo del rol de cuidador. El trabajo se realiza a través de diversas dinámicas emocionales. Éstas promueven valores en los que los miembros del grupo refuerzan su propia identidad.

EL INTERCAMBIO DE EXPERIENCIAS Y CONOCIMIENTOS ENTRE LOS MIEMBROS AYUDA A SUAVIZAR LOS PROBLEMAS.

Uno de los participantes en el taller, José (Pepe es cómo le gusta que le llamen), es esposo y a la vez residente del Centro. Muy amablemente, ha querido compartir con nosotros sus impresiones sobre el taller, al que asiste sin falta cada jueves:

“Consciente del estado emocional del familiar cercano, cuando de pronto se encuentra con la gravedad, ignorando cómo debe actuar y qué hacer, es cuando nuestra psicóloga Nuria de la residencia Albertia Moratalaz pone en marcha la feliz, genial y práctica idea de organizar un taller. En él reúne a todos los que desean participar e iniciar un delicado proceso donde impera la sinceridad y el desahogo de inquietudes. Así, consigue abrir la vereda de la intimidad al desnudo, conduciéndonos a respirar una situación común. Genera una auténtica confianza, con sus consejos técnicos. Acaba por hacernos recuperar la tranquilidad y el sosiego.

Nuestras mentes terminan por descubrir nuevos rumbos, que van eliminando las obsesiones y despertando la solidaridad, abriendo la constelación de la esperanza, de la sincera dedicación.

Es curioso cómo se levanta el telón de la angustia, dejando al descubierto una nueva forma de comportamiento en los demás, más agradable, más humana.”