La tercera edad después de la pandemia
Luego de vivir una pandemia por el virus SARS-COV-2 toca enfrentarse a las secuelas que ha dejado. El aislamiento como medida restrictiva a la pandemia ha generado efectos negativos en la población, especialmente en la salud mental y física de los adultos mayores. La enfermedad por Coronavirus (COVID-19) afectó de distintas formas a cada grupo etario, exponiendo a los adultos mayores como uno de los grupos más vulnerables.
Se debe tener en cuenta que esta población en particular se caracteriza por ser más propensa a tener múltiples comorbilidades, que implican la necesidad de un monitoreo constante, el cual por el contexto de la pandemia no ha sido factible. Se priorizaron emergencias y casos por la COVID-19, se tuvo que reemplazar la consulta ambulatoria por la telemedicina, que en algunos casos fue efectiva, pero en otros se quedó corta.
Las medidas de confinamiento por COVID-19, llevaron a que los adultos mayores adoptaran una vida sedentaria, lo cual afectó de manera negativa la salud física
Algunos de los efectos que se presentaron los adultos mayores fueron: enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, un declive cognitivo, desórdenes musculoesqueléticos, y en general un aumento en la morbimortalidad, que se agravó con el sentimiento de soledad del individuo.
Según la OMS, aproximadamente el 7 % de los adultos mayores presenta un trastorno depresivo mayor y, el 3,8 % un trastorno de ansiedad. La OMS estableció que aquellos que se encontraban en aislamiento social o con deterioro cognitivo podían volverse aún más ansiosos, enojados, estresados, agitados y retraídos durante las medidas restrictivas por la pandemia.
Debido a esto, se han incrementado los problemas de salud mental, que abarcan desde depresión, ansiedad, insomnio, sentimiento de soledad, fobias, estrés post traumático, autolesiones y hasta intentos de suicidio
Existen diversos factores que han contribuido a agravar esta problemática como la difusión de información alarmista y poco veraz por parte de los medios de comunicación, sumado a la incertidumbre social, política y económica, el miedo a contagiarse o de perder a un ser querido.
En la actualidad, los profesionales del Departamento de Psicología de las distintas Residencias del Grupo Albertia, utilizamos Terapias No Farmacológicas como la tradicional Estimulación Cognitiva y la novedosa Terapia de Estimulación Emocional (T2E®), para combatir los efectos que pueden estar presente en los residentes a causa del confinamiento. También incorporamos dichas terapias en la integración de los nuevos residentes que acuden al Centro con síntomas de depresión, ansiedad, soledad y/o estrés a causa del aislamiento social que ha provocado la pandemia.
Con estas Terapias se intenta evitar y/o combatir la variable desesperanza, que engloba concretamente la pérdida de motivación y las expectativas negativas sobre el futuro, tomando en cuenta que son cuestiones críticas para el desarrollo de sentimientos de soledad en los adultos mayores.
Se intenta conseguir que los residentes presenten y conserven una salud emocional y se mantengan estables a nivel cognitivo.
Granda-Oblitas, A. Quiroz-Gil, G. y Runzer-Colmenares, F. (2021). Efectos del aislamiento en adultos mayores durante la pandemia de COVID-19: una revisión de la literatura. Acta Médica Peruana, 38(4), 305-312.
Meléndez, J. C., Delhom, I., Satorres, E., Abella, M. y Real, E. (2022). La desesperanza como predictora de la soledad en adultos mayores. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 57 (2), 85-89.