La música es una herramienta terapéutica significativa muy utilizada en la intervención en demencias en la residencia para mayores Albertia Moratalaz.
La música se viene empleando como medio terapéutico desde la antigüedad. Muchos son los mitos y leyendas sobre su poder curativo y de influencia en las emociones de las personas. En la actualidad, diversas investigaciones avalan sus beneficios. Su uso como intervención terapéutica con individuos y/o grupos, persigue la mejora de su calidad de vida, así como de las capacidades físicas, cognitivas, emocionales y sociales. Su práctica se basa en el contexto cultural y social.
La intervención musical se engloba dentro de las denominadas Terapias No Farmacológicas. Que se definen como “Cualquier intervención no química, teóricamente sustentada, focalizada y replicable, realizada sobre el paciente o el cuidador y potencialmente capaz de obtener un beneficio relevante” (Olazarán et al., 2010). Su efectividad reside en el modo de entender a la persona. Se la entiende como un sujeto biopsicosocial, por lo que la intervención es multidimensional. Esto repercute de manera positiva tanto en la persona como en sus entornos. Estas Terapias No Farmacológicas son un complemento al tratamiento farmacológico en personas con demencia.
Hay una música para cada momento y estado anímico.
La música forma parte de la vida de la persona desde su nacimiento. Las nanas, las canciones de adolescencia, las que recuerdan al primer amor u otros acontecimientos importantes de la vida. Es por ello que estas intervenciones musicales pueden enmarcarse en el ámbito de las actividades significativas desde el punto de vista del Modelo de Atención Centrada en la Persona ACP. Uno de los modelos más recientes basado en estos principios es el desarrollado por Yanguas y cols. En él, se considera que, desde el principio de dignidad a cualquier persona, la atención a las personas con demencia debe afrontarse desde dos ejes: la prevención y la rehabilitación de las capacidades, así como la integración y la participación como eje de intervención.
De este modo, en la residencia para mayores Albertia Moratalaz se utiliza la música como herramienta en intervenciones individuales y grupales. Se persiguen objetivos relacionados con la adaptación conductual, la estimulación funcional y cognitiva y la interacción social. Algunas de las técnicas utilizadas son la escucha musical, el canto terapéutico, músicas de fondo y juegos musicales.
Las personas con demencia se enfrentan a una enfermedad degenerativa actualmente sin cura que lleva asociada pérdida de capacidades funcionales y cognitivas. Esto hace que se originen cambios importantes en sus vidas. Por ello precisan de apoyo y empatía, de espacios para expresar emociones. Los estudios demuestran que una melodía puede evocar un recuerdo y provocar un sentimiento, dando a la persona la oportunidad de conectar con sus propias emociones y expresarlas.
