Los mayores de la residencia Albertia Castellanos disfrutan de su huerto terapéutico durante todo el año.
Poco a poco el huerto va dando sus frutos. Este año debido a la circunstancia hemos sembrado más tarde, pero eso no quiere decir que no vayamos viendo resultados ya. Hemos elegido sembrar verdura y hierbas aromáticas, entre ellas, romero y hierbabuena. Nuestro compañero Pepe, que es uno de los más madrugadores, se encarga de regar todas las mañanas a las 7:00h con mucho empeño y dedicación, ya que según nuestros sabios residentes agricultores si regamos cuando da el sol fuerte se quema la planta.
Los pepinos van creciendo a pasos agigantados, no tanto la escarola, rúcula y espinacas, que parece que crecen más lento. Entre siembra y siembra, alguno ha aprovechado a probar las fresas, que este año han sido menos, pero aun así estaban sabrosas. Preparar y cuidar el huerto es una actividad que nos encanta, además los beneficios de tener las manos en tierra y tratar con plantas, flores o árboles frutales son muchos, porque el contacto con la naturaleza promueve los siguientes beneficios, mejora el estado de ánimo y proporciona bienestar. Además, rehabilita a los pacientes en varios aspectos mental, emocional, físico y sensorial.
A parte aprovechar las salidas para preparar el huerto, hemos aprovechado también para ponernos en forma. Realizando grupos de Gimnasia en el patio y aprovechando las maquinas que tenemos para hacer ejercicios específicos al aire libre, con el fin de ganar fuerza y mantenernos saludables, ya que estos ejercicios mejoran la densidad ósea, disminuyendo así el posible riesgo de osteoporosis o fracturas y protegiendo a la vez nuestras articulaciones.
Y como no podía ser de otra forma, hemos aprovechado para bailar algún que otro pasodoble, cantar y disfrutar de viejos recuerdos que provoca ambas acciones ya que la musicoterapia es capaz de modular los factores implicados en la cognición y la conducta, atrae la atención y provoca respuestas emocionales.