San Fermín en Albertia Babilafuente
Durante la primera semana de julio, en Albertia Babilafuente se ha celebrado la tradicional fiesta de San Fermín. Los residentes han disfrutado y participado en la preparación de complementos y decoración, visionado diario de los encierros, música de charanga y bailes, además de un particular encierro en vivo con un toro muy especial.
Es importante que los usuarios sigan viviendo, sintiendo y disfrutando de las tradiciones y fiestas del país. Por ello, se aprovecha cada fecha especial señalada en el calendario para hacer partícipes a los usuarios de estas actividades culturales
En Albertia Babilafuente es de vital importancia que los usuarios estén orientados en la realidad y, sobre todo, en su esfera temporal. Por ello, durante la primera semana de julio, han tenido lugar diferentes actividades extraordinarias dentro del Programa Cultural en relación con la fiesta de San Fermín.
Al acercarse el 7 de julio, Día del Patrón San Fermín, los usuarios han elaborado varios complementos necesarios para la fiesta en los talleres de destrezas manipulativas del centro. Se ha dado forma a las típicas pañoletas rojas que se colocarían en el cuello durante el encierro. Además, de preparar y enrollar los periódicos necesarios durante el cántico al patrón y para emplearlos después en atraer al toro. Por último, se preparó el Photocall para después de la fiesta.
La figura del Patrón San Fermín estuvo presente durante el encierro en un altar decorado e improvisado
En la celebración, se repartieron bocetos con el cántico antes del encierro. Como marca la tradición se cantó tres veces antes de oír el chupinazo que daba comienzo al encierro y salida del Toro, que este año, fue bautizado por los residentes con el nombre de “Manolito”, nuevamente llegado desde el pueblo vecino de Villoria, al cual agradecemos su colaboración.
Durante toda la semana de fiestas, se visionaban los encierros de Pamplona para que los residentes no perdieran detalle de lo ocurrido cada día. La actividad cultural estrella fue el encierro con “Manolito”, un toro de goma espuma con una recreación muy real al animal. Los diferentes trabajadores del centro disfrutaron paseando a “Manolito” intentando perseguir a los residentes mientras estos le atraían con los periódicos. Los más atrevidos se lanzaron al ruedo a dar unos pases de muleta al ritmo de música animada de charanga. Fue espectacular ver un ambiente tan cálido de diversión y disfrute personal entre usuarios y trabajadores.
Además de los beneficios a nivel cognitivo, que se desprende con esta actividad cultural, como pueden ser la estimulación de la memoria y la orientación temporal, también se tienen beneficios a nivel social, emocional y funcional. Con este tipo de actividades se fomenta una alta sociabilidad entre los residentes y un disfrute personal que ayuda a mejorar su estado anímico. A nivel funcional, se trabaja la motricidad fina en las manos a la hora de manipular y elaborar los preparativos en los talleres de destrezas manipulativas. Por último, se fomenta la actividad física del residente durante el encierro.