Los compañeros de la residencia de mayores de Alagón, gestionada por grupo Albertia, recibieron una conmovedora carta de la nieta de una residente, muy agradecida con todos ellos.
Las palabras se unen con sentido. El sentido de las palabras nos lleva a recordar aquello que realmente da sentido a nuestra vida. La carta de una nieta” que aquí transcribimos está llena de bondad:
Los abuelos deberían ser eternos…
Quiero haceros llegar esta carta no para ponernos todos tristes (no sabéis cómo em está costando escribirla), sino para decir que habéis sido su familia. Que más allá de hacer vuestro trabajo, habéis conseguido que una persona que no disfrutó de la vida durante muchos años, empezase a hacerlo en su vejez.
Ayer mi padre me hizo llegar muchas fotos de sus años con vosotros. La veo feliz, radiante, pícara, limpia, coqueta… así es como quiero recordarla. No sé cómo se puede agradecer que hayáis sacado lo mejor de ella. Tuvo suerte de conoceros, y vosotros de que formaseis parte de su vida.
Me gustaría ser amiga de cada uno de vosotros, para recordarla tomando un café de vez en cuando. Alguien que despierta estos sentimientos solo puede ser una gran persona, como era ella.
Os llegará durante el día de hoy una planta. Desde niña he visto esa misma planta en el jardín que tenía delante de su casa. A ella le gustaba y nos reñía cuando la rozábamos con el balón o la bicicleta. No era materialista, no le daba valor a las apariencias. Ella sólo cuidaba de las cosas bonitas.
Ponedla en un sitio bonito, como ella, y deseo que sonriáis cuando paséis por su lado.
Recibid un enorme abrazo de esta nieta que se queda sin maestra, porque para mí lo era, había mucho que aprender de ella. Gracias por darle la vida que otros no supimos darle.
Raquel