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En la mañana del Viernes de Carnaval se ha realizado en la residencia de mayores Albertia Moratalaz una actividad intergeneracional muy divertida, gracias a la colaboración del colegio Gredos San Diego Moratalaz.

Aactividad intergeneracionalrrancaban oficialmente en la residencia Albertia Moratalaz las fiestas de Carnaval este viernes 24 de febrero. Para la inauguración no hemos podido tener mejores maestros de ceremonias. Más de 100 niños y niñas de 5 y 6 años han llenado el salón de actos ataviados con sus mejores disfraces. Este encuentro intergeneracional ha sido posible gracias a la colaboración del colegio Gredos San Diego Moratalaz, que se encuentra a muy poca distancia de nuestra residencia.

actividad intergeneracionalSuperhéroes, princesas, piratas, animales, indios, vaqueros e incluso un astronauta. Todos ellos recorrieron caminando los 400 metros que separan su colegio de la residencia. Al llegar al salón de actos, desfilaron para disfrute de nuestros mayores. Poco a poco, se fueron presentando y cantaron para su público. «Carnaval, Carnaval, nos vamos a disfrazar. Carnaval, Carnaval, reiremos más y más». Sus profesores, también disfrazados, agradecieron la acogida y los aplausos de los presentes. Como despedida, se entregaron piruletas de corazón a los pequeños. Los mayores ya están deseando volver a disfrutar de ellos.

De este modo se ha iniciado una relación, esperamos duradera, entre Albertia Moratalaz y el colegio GSD Moratalaz.

En la residencia de mayores Albertia Moratalaz, se desarrolla el programa de Actividades Intergeneracionales a través de diferentes acciones.

Taller de manualidades intergeneracional, encuentros con voluntarios jóvenes o actividades musicales, son algunas de ellas. Las actividades intergeneracionales se tornan beneficiosas para ambas partes: mayores y niños.

Las personas mayores experimentan, por ejemplo, cambios positivos en su humor y un aumento de la autoestima y la motivación. Se produce también una reducción de los síntomas depresivos y del aislamiento y sentimientos de soledad. A nivel cognitivo, se produce un aumento en las capacidades de atención y memoria, además de potenciar las habilidades sociales y la empatía.

Por otro lado, los niños se forman una idea más positiva de las personas mayores y el envejecimiento en general. Aprenden a valorar y respetar a los mayores. Además, se potencia el desarrollo cognitivo, el lenguaje y la comunicación. También ayuda a desarrollar valores y actitudes positivas como la tolerancia y la solidaridad.

Además de estos beneficios, se produce un importante intercambio de experiencias, con transmisión de tradiciones y cultura popular. De este modo, los más jóvenes pueden conocer de primera mano la historia y tradiciones de su entorno.